El año pasado estuvimos en Mozambique recogiendo cuentos de los albinos y de la gente que los rodea, e ilustrando con los niños y las niñas del centro de las Mercedarias de T3 (Matola), de Hakumana (Maputo), del colegio de Massaca (Boane), que financia la Fundación Encuentro, y de la familia de Cristina Magaia en Bobole.
Nos dimos cuenta de que la gente albina tiene muchos problemas: sobre todo, visión reducida y cáncer de piel por falta de melanina. Pero lo más grave es que son secuestrados porque se piensa que no son personas sino fantasmas, espíritus. La gente no se acerca a ellos porque temen contagiarse y engendrar hijos albinos. Los brujos los codician para hacer amuletos porque creen que sus miembros dan buena suerte. Los traficantes de órganos aprovechan la situación, que ellos alientan porque les reporta grandes beneficios, y los hacen desaparecer, despiezados para el mercado de órganos internacional, reforzando la idea popular de que son espíritus.
Para mostrar y demostrar que no son espíritus sino personas, recogimos sus cuentos porque lo que nos diferencia de otros animales (y de los espíritus) es la capacidad de reír y la de fabular. Recogimos casi 50 cuentos, y de ellos hemos seleccionado una treintena, que Daniel Tornero ya está preparando para que Libros de las Malas Compañías lo publique en su Serie Negra, en el mes de octubre. Se va a titular: Los cuentos del conejo y otros cuentos de la gente albina de Mozambique.
Y es que sobre todo nos contaron cuentos de conejos: un animal que no tiene garras ni dientes ni fuerza, pero que es capaz de sobrevivir en la selva gracias a su astucia. Como la gente albina, o como cualquiera de las personas que hemos visto en Mozambique, o que se pueden ver en cualquier parte del mundo, seres pequeños, blancos o negros, que sobreviven gracias a su astucia.
Este año volví a Mozambique con Kike Carbajal. Visitamos los lugares por donde transité con Daniel Tornero durante septiembre de 2017, y Kike fotografió a las personas que nos contaron los cuentos (un año mayores). Queremos que, además de leer sus cuentos, podáis ver su mirada, su sonrisa, su gesto. Queremos que veáis el lugar donde viven, cómo son sus madres, sus hermanas, cómo se desplazan por la ciudad. Haremos una exposición con todo el material, pero os adelantamos algunas fotos.
Lo más importante del libro o de la exposición es acercaros la realidad de los albinos que viven en esta zona de África. Solo así podremos parar esta brutalidad que los acosa.