Hoy, día 24 de octubre, se celebra el día de las bibliotecas. Para celebrar este día tan especial para los libros y toda la comunidad lectora, desde Libros de las Malas Compañías os traemos una entrevista a Ana C. Herreros, en la que nos habla sobre nuestro nuevo proyecto, ¡las bibliopiraguas! Si quieres saber qué son las bibliopiraguas y en qué consiste el proyecto, ¡no te la pierdas!
Pregunta. ¿Qué son las bibliopiraguas?
Respuesta: Una bibliopiragua es una piragua en la que llevamos libros, bien protegidos de la humedad, por supuesto, para dar acceso a los libros a aquellos niños y niñas que viven en las islas del manglar, allí donde no llega la única carretera que recorre la Casamance. Pero una bibliopiragua no es solo eso, es también un espacio compartido, una puerta a otro mundo. Es una forma creativa con la que llevar los libros a todos los rincones del mundo, incluso a aquellos que parecen inaccesibles.
P. ¿Dónde se va a llevar a cabo el proyecto?
R. Nosotras ya tenemos en marcha un proyecto en Oussouye (Usuy), en el sur de Senegal, en Casamance, mediante el cual colaboramos con la Biblioteca de Oussouye, Teba Diatta, financiando con las ganancias de la venta del libro El dragón que se comió el sol y otros cuentos de la Baja Casamance, clases de alfabetización para las mujeres del pueblo. Y en la Alta Casamance, en Kolda, apoyamos una cooperativa de personas con diversidad, sobre todo mujeres con dificultades motoras o sordas, que han creado una cooperativa de trabajo textil para tener acceso al dinero. Ellas cosen nuestro libro de tela El niño que siempre perdía el bastón. De este libro ya hemos vendido 300 libros.
En el caso del proyecto de las bibliopiraguas, se llevará a cabo también, en la Baja Casamance, ya que conocemos el lugar y contamos con la ayuda inestimable de una malísima compañía, que fue quien nos llevó a África y quien vive allí apoyando a la biblioteca Teba Diatta. Ella es Fina Hernández, quien se ocupará también de gestionar este proyecto de la bibliopiragua. Sin ella nada de esto sería posible.
P. ¿En qué consiste el proyecto?
R. Lo fundamental de este proyecto son los libros, sí, llevar la biblioteca a estos niños, pero no solo eso. También queremos ofrecerles una forma segura de transporte, puesto que, como ya he dicho, no hay ninguna carretera que conecte esta zona con el resto de la Casamance; prácticamente están aislados. Por eso vamos a comprar una piragua, que es la forma más cómoda, silenciosa y ecológica de transportarse en un manglar; además, hablamos de una zona en cuya tierra todavía queda alguna mina antipersona, por lo que los caminos del agua son mucho más seguros.
En la piragua, el bibliotecario de la zona contará los cuentos de su tradición oral, acompañado de su ekontin, un instrumento de cuerda parecido a la guitarra pero con una calabaza como caja de resonancia, pero además llevaremos libros, convenientemente protegidos de la humedad en secos barriles de plástico; libros silentes, tan callados como el manglar, libros con pocas palabras, libros con sus cuentos, los que hemos recogido en su tierra, audiocuentos y todo lo que nos acerque a ellos y haga posible su acceso a la biblioteca. Estamos construyendo con el carpintero de Kabrousse unas mini bibliotecas como las que se usan en el sistema Montesori, que dejaremos en cada una de las islas donde haya escuela primaria con libros. Cada dos meses, irá la piragua con el biliotecario, Fina y Pepa, y cambiarán los libros para que los niños y niñas de las islas del estuario del río Casamance tenga acceso a estos libros.
A comienzos de diciembre haremos un viaje a la Casamance con 15 personas que coserán, junto con las mujeres del pueblo, libros de tela en pantalón vaquero reciclado. que recogen los niños y niñas del colegio Trabenco de Leganés. Coseremos juntas dos de sus cuentos: “Yimulimuli y el dragón” y “Mariama y la serpiente pitón”, que se incorporarán al acervo de esta bibliopiragua.
P. ¿A quién va dirigido?
R. Este proyecto no solo va dirigido a los niños y niñas que viven en las islas del manglar, aunque lo hacemos especialmente para ellos; cualquiera puede disfrutar de las bibliopiraguas, desde los más pequeños hasta los más ancianos.
P. ¿Por qué decidisteis realizar este proyecto?
R. Nos dimos cuenta de que no todas las personas tenían acceso a la biblioteca de Oussouye, porque la movilidad es muy reducida en el África rural. Así que decidimos sacar la biblioteca de la biblioteca y llevarla al manglar. Si los lectores no vienen a la biblioteca, la biblioteca ha de ir a los lectores.
P. ¿De dónde surgió la idea para su creación?
R. Hay un montón de iniciativas de bibliotecas sin edificios: los bibliobuses en la España casi vacía, el biblioburro en Colombia… Tenemos una amiga, Alejandra Ardila, que tiene una bibliobici en la Guajira (Colombia), que lleva libros a los niños y niñas wayus. Han leído hasta el Quijote. Y un amigo en Colombia, Andrés Murillo, tiene una carreta literaria, o sea una biblioteca en una carreta. Cada cual traslada sus libros en el medio que tiene, y en Casamance la piragua (busana) es el medio de transporte por excelencia. Por ello, decidimos hacer este proyecto bibliopiragüero.
P. ¿Colaboráis con alguien más?
R. Estamos en red con un proyecto hispanoamericano de bibliobarcos. Marisa Negri teje esta red. Ella gestiona una biblionave en el Tigre (Argentina) la desembocadura del Río de la Plata. En esta red también están un bibliobarco en la isla de Chiloé (en Chile) y una bibliobarca en el Putumayo en Colombia. Es maravilloso trabajar en red. Ahora estamos haciendo juntas un libro sobre términos acuáticos que los niños y niñas escriben y dibujan. Y también vamos a recoger historias del manglar. Estamos que no paramos. Y ahora con piragua, menos.
Elsa Alcañiz Casas